LUIS CAVAGNARO ORELLANA
EL GRITO DE ZELA EN POCOLLAY; UNA LEYENDA MAS EN LA HISTORIA DE TACNA
Está muy difundida una versión que sostiene que la epopeya de Francisco Antonio de Zela ocurrió en ese, hasta hace medio siglo, idílico distrito. La plaza de ese pueblo está presidida por un bello bronce donde se aprecia a Zela, rompiendo las cadenas del coloniaje y todos los años se conmemora con demostrada unción patriótica los 20 de junio.
Esa versión, irresponsablemente difundida, no tiene ningún fundamento histórico ni lógico. Históricamente, se puede asegurar que no existe ninguna mención documental referida a que algún momento de la rebelión el prócer tuviese algún acto memorable en dicho lugar. Todo ocurrió en el ámbito urbano del pueblo de Tacna y en un descampado inmediato a ella conocido como "pampa de la Disciplina" o del "Caramolle", hoy avenida "2 de Mayo".
Para los que podrían atribuir a esta pervivencia el soporte de la tradición oral o la memoria colectiva, hay razones lógicas. En 1811 no existía el pueblo de Pocollay. Éste fue fundado sobre un descampado en 1857 por el Prefecto Ildefonso de Zavala. Tampoco existía alguna instalación militar por neutralizar. Si se hubiesen preparado barricadas, parapetos o defensas para obstaculizar la llegada de refuerzos, estas debieron estar orientadas hacia Arica, o en el peor de los casos hacia Moquegua y Arequipa.
Entonces, ¿Cómo nació la leyenda? En 1887 el Alguacil, o comisario Rural de Pocollay, Coronel Don Cirilo Carbajal Godinez, tuvo la iniciativa de levantar un busto al Prócer en la delineada plaza de Pocollay, sin que esto tuviera que ver con algún acontecimiento ocurrido allí. El plinto cilíndrico de piedra de cantería y el busto pequeño de yeso endurecido fueron inaugurados en julio de 1899, contándose con la presencia de don Francisco M. De Zela, que había llegado para la ocasión."…procedente de la Paz" (1788).
LOS COMPAÑEROS DE ZELA : MARCELINO CASTRO "CHILLEJO"
Vistas ya las referencias bibliográficas de Rafael Gavino de Barrios y Cipriano Vargas, cuando se reseñaron sus gestiones como alcaldes de Tacna; existen personalidades no investigadas todavía, ni presentadas en los libros escritos al respecto, pero que figuran en las relaciones de comprometidos y cabezas visibles en el movimiento de Zela.
Es el caso de Marcelino Castro, prácticamente el único, del cual hay referencias que hizo uso de las armas. Se conoce tan poco de este patrono "in pectore" de la infantería Tacneña, que , cuando Rómulo Cuneo Vidal, presenta la relación de los implicados en el movimiento del 20 de junio de 1811, lo incluye al final de la nómina, como "… Marcelino Castro, alias Chillejo (¿chileno?)" (1789).
Esta ultima alusión, entre paréntesis y signos de interrogación, es más que una duda. Es una hipótesis que parece deducir de un probable error caligráfico. Sin embargo, analizados algunos elementos, no parece corresponder. Al parecer el apodo "chillejo", por no decir "chillón" era aplicado, entonces, a personas que solían expresarse, hablar, con un tono de voz muy agudo.
El redescubierto Marcelino Castro era buen peruano y locumbeño por añadidura. Pero eso no es todo. Como Castro no figuraba entre los vecinos notables de Tacna, terratenientes y funcionarios; Cúneo lo presenta como "…el artesano Marcelino Castro…" (1790). Tampoco en esto acertó el gran historiador. Castro era agricultor, un chacarero. Una escritura pública de 25 de setiembre de 1809, registra que Marcelino Castro, "… vecino del valle de Sitana, (en la doctrina de Locumba vende) a favor de doña Francisca Barrios, vecina de Tacna, cinco topos de tierra de pan llevar, las mismas que compró de doña Josefa Suasnábar.."(1791).
Estaba emparentado con un Mariano Castro, medio hermano o cuñado de una María Torres, que "…el 29 de enero de 1811, vendió un pedazo de tierras de su propiedad en el referido valle de Sitana " ( 1792). Este Marcelino Castro, con toda seguridad mestizo, impetuoso e idealista fue el que juntamente con Zela y José Rosa Ara encabezaron la toma del cuartel de infantería y Castro el que, sorprendido por el Alférez de la guardia, usó de su espada, hiriéndolo en mano y cabeza.