DR. GUSTAVO PONS MUZZO
Señor Prefecto del Departamento,
Señor Alcalde de la Ciudad,
Señor Presidente de la Corte Superior,
Señor General Comandante General de la Región,
Monseñor Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua,
Señor Rector de la Universidad Nacional de Tacna,
Señor Coronel Presidente del Club Departamental Tacna,
Señorita Directora de la Casa de la Cultura,
Señorita Directora de la G.U.E. "Francisco Antonio de Zela,
Señores Cónsules,
Señoras y Señores:
La Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, me ha conferido el honor y también la gran satisfacción de traer su palabra a esta solemne ceremonia, en que la Nación rinde justiciero homenaje al prócer don Francisco Antonio de Zela, con ocasión de la celebración del Sesquicentenario de la Independencia Nacional y de cumplirse el 161° Aniversario de su gesto rebelde. En el programa de celebraciones elaborado por la Comisión Nacional en 1970, estaba el de rendir homenaje a quien tuvo el gallardo gesto de pronunciar el primer grito de libertad en Tacna el 20 de junio de 1811. Para cumplir este propósito la Comisión Nacional del Sesquicentenario encomendó al que habla y al Presidente de la Comisión de Monumentos y Actuaciones Públicas y Delegado de la fuerza Armada ante la Comisión Nacional, General Luis Vignes Rodríguez, acordar con el Comité Departamental de Tacna la mejor forma de rendir este homenaje.
De las conversaciones tenidas aquí con los miembros del Comité Departamental se decidió erigir en la Plaza Zela de la cuidad un monumento escultórico que fuera el digno reconocimiento de la Nación, al prócer don Francisco Antonio de Zela. Este acuerdo fue aprobado por la Comisión Nacional, bajo la competente presidencia del General Juan Mendoza, mereciendo destacarse el decidido apoyo brindado por el doctor Alberto Tauro del Pino, Delegado de las Universidades Nacionales ante la Comisión Nacional y Secundado por el Club Departamental Tacna que preside en Lima el Coronel don Jorge Vaccaro Sánchez, encomendándose a uno de los mejores escultores nacionales, el señor Joaquín Ugarte y Ugarte, plasmar en el bronce de la egregia personalidad del gran prócer de la independencia nacional. Es por eso para mi y para el General Luis Vignes Rodríguez, decir al pueblo de Tacna con patriótica satisfacción, que el compromiso contraído está cumplido.
Cuando el Gobierno de la Fuerza Armada , promulgó el Decreto-Ley 17815 y de acuerdo a sus disposiciones se constituyó la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia , la línea histórica que trazamos estuvo destinada a exaltar y divulgar el aporte peruano a nuestra independencia , no sólo para demostrar que al Perú le correspondió en América , el liderazgo en la idea y en la acción , con Juan Pablo Vizcardo y Guzmán y José Gabriel Túpac Amaru , sino que la llegada a nuestro suelo de los ejércitos que comandaron los libertadores San Martín y Bolívar , no se debió a que venían a "concedernos" la libertad, como inexplicablemente se sostiene por algunos , sino a colaborar con el pueblo peruano a obtenerla , ya que a la llegada de San Martín al Perú , estaba inequívocamente demostrado con 10 años de guerra en el Continente , que si no se vencía el formidable poder realista que significaba el Virreynato del Perú , la independencia de los demás pueblos americanos peligraba .
Queríamos en la Comisión Nacional, reaccionar contra una vieja interpretación extranjera de nuestra independencia que sostiene que el Perú la obtuvo porque se la dieron los ejércitos comandados por los Libertadores José de San Martín y Simón Bolívar. Sin regatear en lo menor, la legítima gloria que les cabe a ambos libertadores y el reconocimiento que el Perú les debe a su obra, sobre todo a la de don José de San Martín, debemos decir que tal interpretación de la historia de nuestra emancipación, no sólo es anti peruana sino inexacta desde el punto de vista histórico. Es ignorar el esfuerzo de tantos peruanos que desde 1780, hasta la llegada de la Expedición Libertadora a Paracas en setiembre de 1820, se rebelaron contra el poder español, en demanda del derecho soberano del pueblo peruano, al gobierno propio y a ser independientes. Estos próceres peruanos, pagaron con su vida sus patrióticos actos de rebeldía, muriendo en los campos de batalla, en los cadalsos o en las prisiones. Las derrotas sufridas no tenían otra explicación que el no poder llegar a contar con el poder material suficiente , para enfrentarse con buen éxito , al tremendo poder realista concentrado en el Virreynato del Perú , pero de ninguna manera se debieron estos fracasos a la falta de apoyo y de voluntad libertaria del pueblo peruano . Esta ayuda material que faltaba, fue la que prestaron a la emancipación peruana los libertadores San Martín y Bolívar.
Desmintiendo pues, a quienes sostienen que la independencia nacional fue "concedida" y no obtenida, es que hoy nos reunimos en esta Heroica Ciudad de Tacna, para rendir homenaje a quien tuvo el altivo gesto de ser el peruano que el 20 de junio de 1811, secundado por un grupo decidido de tacneños de todas las clases sociales, dio aquí el primer grito por la independencia nacional. Y podemos decir con todo orgullo, que Tacna tiene un sitio de honor en la lucha del pueblo del Perú por su independencia y por su soberanía. Tierra de hombres libres, trabajadores y patriotas, no debe su prestigio por poseer títulos de nobleza colonial, hermosas casas solariegas, ni iglesias monumentales. Su historia se blasona con los títulos que dan el trabajo creador y el patriotismo. Pueblo esencialmente de agricultores y de gentes dedicadas al comercio, no se ha dado en su suelo con los caracteres alarmantes de otros lugares del Perú, el fenómeno social de la explotación del hombre, el trabajo de muchos en beneficio de unos pocos. En Tacna no ha existido el gran latifundio, sino que la tierra ha estado repartida en numerosos propietarios hasta llegar a casos extremos de minifundio en un exceso de libertad individual. "El latifundio –dice don Jorge Basadre- como la gran propiedad industrial, han resultado imposibles por todo ello; y los pequeños agricultores, dueños de lo suyo, han podido darse el lujo de tener, dentro de su pobreza, comodidades mínimas, saber leer y escribir, ser independientes y amar a la patria". Este pueblo laborioso y patriota que en el Virreynato, además, tuvo gran importancia en el comercio con el Alto Perú , hoy Bolivia, entra a la historia del Perú independiente por la puerta ancha del heroísmo , del patriotismo y del sacrificio, al darse en su suelo, en los primeros momentos en que se inicia la lucha por la independencia del Perú y en América, el primer grito de libertad y haber continuado en los años sucesivos prestando importantes servicios a la causa de la independencia nacional, como demostración inequívoca de su innata vocación peruanista. Si Tupac Amaru en el Cuzco en 1780, da la gran clarinada de la rebelión contra España, por un gobierno mejor y un trato más justo para los indios, don Francisco Antonio de Zela y un importante grupo de patriotas tacneños realiza en esta ciudad en 1811, el primer pronunciamiento definido por la independencia del Perú. Es orgullo para Tacna que sus hijos, antes que ningún otro pueblo del virreynato del Perú, dejaran oír inconfundiblemente su voz de ser peruanos y de querer ser libres.
El caudillo de la rebelión don Francisco Antonio de Zela, bien sabemos que no era oriundo de esta tierra si no limeño; pero lo consideramos como verdadero tacneño porque aquí paso su juventud, aquí formó su hogar casando con la respetable dama Tacneña doña Maria Siles de Antequera Laso de la Vega y tacneños fueron sus nueve hijos; pero sobre todo porque aquí en Tacna fue ganado a la causa de la patria. La señora Maria Siles pertenecía a una distinguida familia tacneña que indudablemente con esa especial sensibilidad que ha dado muchas pruebas de la mujer tacneña, de saber inculcar en sus hijos el amor a la patria y ser fiel colaboradora del esposo en sus luchas por este ideal supremo, supo secundar al prócer en sus ideales de independencia, sabiendo muy bien el grave riesgo que corría.
Merecen recordarse en este momento a los colaboradores inmediatos de don Francisco Antonio de Zela, en la memorable noche del 20 de junio de 1811, así como los días siguientes hasta el 23; en primer lugar, don José Ros Ara, hijo del cacique y gobernador de naturales del valle de Tacna don Toribio Ara, a Pedro José Gil de Herrera, Fulgencio Valdez, José Alberto Siles y Antequera, Juan Julio Rospigliosi, Fulgencio Ara, José Manuel Ara, Manuel Argandeña, Julián Gil, Francisco Marín, Manuel Choque, Manuel Silva, Marcelino Castro y el patriota cacique de Tarata Ramón Copaja.