Tacna, Domingo 22 de Diciembre de 2024
BICENTENARIO DEL PRIMER GRITO DE LIBERTAD DE ZELA EN TACNA

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL MIEMBRO Y SECRETARIO GENERAL DE LA

COMISIÓN DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU

DR. GUSTAVO PONS MUZZO EN LA CIUDAD DE TACNA EL 20 DE JUNIO DE

1972, AL CELEBRARSE EL 161 ANIVERSARIO DEL PRIMER GRITO DE

LIBERTAD EN EL PERU Y CON MOTIVO DE LA INAUGURACION DEL

MONUMENTO QUE A NOMBRE DE LA NACION MANDO A ERIGIR LA COMISION

NACIONAL DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU AL

PROCER DON FRANCISCO ANTONIO DE ZELA EN LA PLAZA ZELA DE LA

HEROICA CIUDAD, LIMA - 1972


DR. GUSTAVO PONS MUZZO

 

No voy a tratar de los pormenores de la rebelión de Zela, de suyo sobradamente conocidos por todos los tacneños. Pero si deseo resaltar algunos hechos que dan a la rebelión de Tacna, verdadera dimensión nacional y continental. En primer lugar; deseo resaltar su vinculación con la revolución argentina. Está fuera de toda duda que el movimiento acaudillado por don Francisco Antonio de Zela, estuvo en vinculación estrecha con la rebelión que estalló en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. La documentación no es muy abundante, pero la existente es lo suficientemente clara para demostrar la afectiva y estrecha relación entre el movimiento de Tacna de 1811 con la primera expedición argentina enviada al Alto Perú, al mando del doctor José Castelli y del General Balcarce. Por un lado, los manifiestos de Castelli y otros documentos fueron dirigidos a los patriotas del Bajo Perú, especialmente de Arequipa y Tacna. El manifiesto que Castelli dirigió a los pueblos de Arequipa y Tacna desde la Paz el 13 de junio de 1811 llegó a manos de Zela y se sostiene que fue leído en la memorable noche del 20 de junio en la casa del Prócer, ante los patriotas comprometidos en la rebelión.


Por otro lado, siendo la fecha del pronunciamiento la misma de la batalla de Huaqui, en la que los ejércitos argentinos fueron derrotados, no parece ser un hecho casual si no de una relación comprometida. Zela y los suyos se sublevaron en Tacna, a la espalda del ejército realista que mandaba el General Goyeneche, el mismo día que Castelli esperaba tener un triunfo decisivo sobre esas fuerzas y entrar victorioso al bajo Perú en dirección a Tacna. Desgraciadamente la suerte le fue adversa y no solo hizo fracasar el movimiento de Tacna si no que los argentinos se vieron obligados a retirarse del Alto Perú. De aquí se deducen dos conclusiones importantes: es la primera, que la revolución argentina que recién nacía se fijó como meta de su triunfo definitivo, la derrota de las fuerzas realistas del Virreynato del Perú y su llegada victoriosa a la costa peruana con sus banderas libertarias. La otra es que la revolución peruana que entonces tenia su primer pronunciamiento, se fijó como ruta para fijar la victoria sobre las poderosas fuerzas del Virrey del Perú, el operar en estrecha conjunción con las fuerzas de la revolución argentina. En 1811, fue pues el pueblo de Tacna con su caudillo y prócer don Francisco Antonio de Zela, el que con su actitud fijó el rumbo preciso que debía seguir la revolución peruana para alcanzar el triunfo definitivo. Años más tarde el genio de don José de San Martín captaría estas realidades y llevaría a la revolución argentina por el camino del Perú para conseguir su triunfo definitivo, defendiendo así los destinos transcendentes de la revolución americana.


Otro hecho que conviene destacar, es el sentido social y popular que tuvo el movimiento de Tacna de 1811. Desmiento a los que dicen que la revolución de la independencia fue un movimiento burgués de la elite social criolla, de que el verdadero pueblo estuvo alejado, el movimiento de Zela nos dice claramente que esta revolución tuvo una base profunda en la clase media, criolla y mestiza, así como en el pueblo indio y mestizo que empezó a sentir en su corazón, el sagrado sentimiento del amor a la patria.


La participación de las principales familias criollas de Tacna, junto con los huestes de los caciques Ara y Copaja, dan a este movimiento rebelde un carácter de unidad social ejemplar en la lucha por la liberación del Perú y por los derechos soberanos del pueblo. Está probado que el pueblo todo de Tacna, respondió favorablemente al gesto de los rebeldes, mandando desde diversos lugares de la región su contingente de sangre que fue revistado por el caudillo en la memorable concentración de la pampa de Caramolle el domingo 23 de junio, destacándose entre ellos los contingentes de los pueblos de Tarata, Sama, Ilabaya y Candarave. También se mandaron propios a Arica, solicitándose la colaboración del Alcalde Ordinario y Comandante Militar Interino del pueblo don Felipe Portocarrero, pero Arica, no solo no se plegó a la causa de la patria, si no que de ahí partieron las primeras fuerzas realistas a combatirla, al mando de don Mariano Portocarrero, hijo del comandante de Amas. Merece al respecto, destacarse el siguiente juicio del historiador don Rómulo Cuneo Vidal:"...hay que reconocer- dice que el pueblo tacneño está preparado para la emancipación. Había ambiente para ello. Tacna siempre ha sido amante de la libertad, no así Arica, ya sea por rivalidad a la ciudad vecina o por conveniencia; se distinguía por "chapetona" y partidaria de la monarquía".


También deseo destacar el hecho de que Tacna, fue el único lugar en la costa del Perú que se pronunció por la patria hasta que llegó a nuestras playas la expedición libertadora, comandada por el Generalísimo don José de San Martín. Solo entonces ocurren los pronunciamientos de la costa norte, el de Lambayeque, Trujillo. Piura, Tumbes, entre otros. Pero antes de la llegada de San Martín, en Tacna, no solo ocurrió el primer grito de libertad del 20 de junio de 1811, si no como sabemos dos años más tarde, en los primeros días del mes de octubre de 1813, ocurre la rebelión acaudillada por los hermanos Paillardelle y el Alcalde del primer voto del cabildo constitucional, recientemente elegido, don Manuel Calderón de la Barca. Para demostrar el carácter popular y no de élite que también tuvo este segundo movimiento de Tacna, deseo transcribir parte del oficio elegido por el Sub delegado don Antonio Rivero y Aranibar al intendente realista de Arequipa:"...sé con toda evidencia -le decía- a quién y por quiénes son emitidos los papeles subversivos con que está inundada la plaza, y esto lo sabe el mismo Virrey del reino pues es tan grande el número de comprometidos en este negocio, que para corregir medianamente el mal seria preciso meter a la cárcel a medio Tacna".


El espíritu patriota del pueblo tacneño no decayó en nada con los contrastes sufridos, por la revolución peruana entre los años 1814 y 1819. Lo mantuvo latente y lo demostró nuevamente cuando en mayo de 1821 San Martín, que estaba convencido de la decisión libertaria del pueblo tacneño, envió la expedición al mando del entonces comandante don Guillermo Miller que obtuvo el 22 de mayo de 1821 la espléndida victoria de Mirave, sobre las fuerzas realistas y se mantuvo victorioso en estos lugares durante dos meses, hasta que ante la presencia de fuerzas inmensamente superiores enviadas por el Virrey La Serna, se vio obligado a embarcarse en Arica el 22 de julio de 1821, rumbo a Pisco. Pero ya por entonces estaba próxima la proclamación de la independencia, así como el término de la guerra emancipadora.


Señores: haciendo justicia al sacrificio heroico del pueblo tacneño durante la gesta emancipadora , los próceres de nuestra independencia reunidos en el primer Congreso Constituyente ,dieron el decreto ( 19 de enero de 1823) por el que " Constando – dice- que fue el primer pueblo del Bajo Perú que en medio de riesgos inminentes dio el grito sagrado en 1811,con extraordinario entusiasmo" concedieron al pueblo de Tacna el titulo de Villa. Posteriormente, gobernando el Perú el presidente Mariscal don José de La Mar, el Congreso de la República dio en 1828, otra ley por la que, considerando "Que la Villa de Tacna – dice la ley- ha prestado servicios distinguidos a la causa de la independencia … y que fue el primer pueblo de la Republica en que resonó el grito de libertad" decretó que " ... la Villa de Tacna será denominada HEROICA CIUDAD".


Con tan hermosos títulos de heráldica cívica, se desarrolla la vida de Tacna en los primeros decenios de la República, mereciendo la atención de todos sus gobernantes, principalmente del Mariscal Ramón Castilla y del Coronel José Balta. El coronel Balta además de preocuparse por dar agua a las tierras de Tacna, dispuso la construcción de la Catedral y de la hermosa pila de nuestra Plaza de Armas. Pero el creciente progreso de Tacna fue bruscamente detenido por el peso de la invasión enemiga que la mantuvo alejada de la Patria por el lapso de cerca de cincuenta años. Se inicia entonces la sacrificada etapa del Cautiverio, que muchos consideran que fue la etapa del infortunio y de la infamia para nuestro pueblo, pero que yo considero que es la etapa del heroísmo de nuestro pueblo que le permitió escribir con letras de acero su lucha por la Patria en las páginas de nuestra historia Republicana. El Pueblo Tacneño demostró entonces que era digno del sacrificio de su prócer que en 1811, le señaló el camino de ser peruanos y de ser libres. Demostró también que tenía el patriotismo y el honor suficiente para que su ciudad siguiera ostentando con orgullo el titulo de Heroica, al conseguir después de casi medio siglo de una lucha tremendamente desigual, regresar al ceno de la Patria para seguir ostentando el orgullo de ser peruanos de cuerdo al mandato de su prócer que hoy en el bronce en esta hermosa plaza, debido al esfuerzo de nuestro dinámico Alcalde don Humberto Cuneo Bacigalupo, recuerda a quienes pasen por aquí, que el 20 de junio de 1822 se dio en este suelo sagrado el primer grito por la libertad e independencia del Perú.



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