Tacna, Domingo 22 de Diciembre de 2024
JORGE BASADRE GROHMANN


ESTRACTOR DE LOS LIBRO DE BASADRE



PERÚ SOLUCIÓN


La costa del Perú es, sobre todo, un arenal. Es un mar al revés, el antimar. Manos de gigantes se llenaron varias veces para sembrar en edades mitológicas la tierra allí. Asambleas de cerros pueblan esta inmensidad. Algunos de estos cerros semejan rostros desfigurados; otros, puños amenazantes; otros, lomos de gigantescos animales que dormitan. Tras la verja de los cerros las nubes aguaitan a veces el paisaje muerto.

Antaño, el paso del hombre por estas pampas fue hazañoso e intermitente. Hoy comienzan a surcarlas automóviles y camiones. Aún más, sobre ellas vuelan periódicamente los aeroplanos. Son los aeroplanos la ironía del hombre sobre la naturaleza antes invencible o penosa. Desde ellos, se ve con un tamaño de juguete a cimas y barrancos que nadie pudo escudriñar antes. Por ellos, se vuelven de minutos los viajes que antes demoraron días y días penosos. La pampa, vista desde arriba, ya no parece sino humorísticamente una dormida calva que insectos hacendosos recorren constantemente.

Los valles son en la costa islas verdes rodeadas por la inmensidad amarilla. Tomemos como ejemplo de valle costeño, al de Ica. Por sus dunas donde se busca el camello, Ica semeja al África; por sus vinos, sus uvas, sus duraznos, sus manzanas, sus naranjas recuerdan a las costas jocundas y musicales de Italia: sus lagunas lerdas tienen algo de las de Suiza. La tierra es allí como una mujer sensual que supiera vibrar pródigamente al requerimiento del amor. Tierra con senos fecundos de madre joven, tierra pagana llena de pámpanos, tierra alegre por el sol y por el vino. Aun con riego escaso o nulo, uno de sus productos más valiosos, el algodón, resiste y produce. Perforaciones de pozos tubulares han revelado que en ciertas zonas, aún más allá de los cuarenta metros de profundidad, se encuentran terrenos arcillosos aptos para el cultivo. Hay un contraste simbólico entre las reducidas cantidades para el regadío y la importancia de las plantaciones existentes. . . .



POR UNA TEORÍA DEL PERÚ


El sentido de la independencia y de la soberanía no surge bruscamente. Dentro de una concepción estática de la historia, el periodo de tiempo comprendido entre 1532 y 1821 se llama la Colonia. Para una concepción dinámica de la historia, dicha época fue de la formación de una sociedad nueva por un proceso de rápida "transculturación", proceso en el cual aparecieron como factores descollantes la penetración de los elementos occidentales en estos países, la absorción de elementos de origen americano hecha por Occidente, el mestizaje, el criollismo y la definición de una conciencia autonomista.

Los americanos se lanzaron a la osada aventura de la independencia no sólo en nombre de reivindicaciones humanas menudas: obtención de puestos públicos, ruptura del monopolio económico, etc. Hubo en ellos también algo así como una angustia metafísica que se resolvió en la esperanza de que viviendo libres cumplirían su destino colectivo. Esa angustia, que a la vez fue una esperanza, podría ser llamada la promesa. Nada más lejos del elemento psicológico llamado la promesa que la barata retórica electoral periódica y comúnmente usada. Se trata de algo colocado en un plano distinto de pasajeras banderías. Aun en los primeros momentos de la independencia así quedó evidenciado. Los llamados separatistas o patriotas entraron en discordias intestinas demasiado pronto, antes de ganar esa guerra, aun antes de empezar a ganarla. Se dividieron en monárquicos y republicanos; y los republicanos, a su vez, en conservadores y liberales, en partidarios del presidente vitalicio y del presidente con un periodo corto de gobierno, en federales y unitarios. Y sin embargo, ....


BASADRE Y LA UNIVERSIDAD


Hay dos actitudes fáciles ante el problema de la "reforma universitaria" (Por el exceso de abusos cometidos con estas palabras, hablaremos aquí más bien de "mejoramiento universitario"). Una de dichas actitudes es la de encogerse de hombros, o no pensar en el asunto, o soslayar el problema. Peligrosa abstención que cree "ganar" tiempo cuando, en realidad, lo pierde, pues incuba los estallidos del futuro. "No nos creemos complicaciones", dicen los que tratan de justificarlas, cuando las complicaciones están allí, ya creadas, aunque acaso es espera de un propicio momento para salir a la superficie. Abordarlas en el momento en que uno escoja, no en el que ellas se agudicen y arremolinen, es gesto prudente y sabio.

La otra es la actitud igualmente extrema que no procura un profundo y auténtico mejoramiento de la institución universitaria, dentro de un sentido orgánico, sino el derrumbe o destrucción de ella.


LA CASA DE BASADRE Y LA VIDA FAMILIA


Los recuerdos de la infancia en Tacna en los días de la ocupación chilena no son para mí una serie de hechos, o de rostros, o de panoramas eslabonados sistemáticamente en el tiempo. Superviven, más bien, dentro de un vasto conjunto indiferenciado, como el mar aparece ante los ojos de quien lo contempla desde una playa o desde un barco. Se mezclan dentro de ese todo el hogar, la familia, la ciudad natal, los amigos, cosas que ocurrieron o que oí relatar, sucesos en los que participé o que vi, o que creo que existieron, sentimientos o impresiones cuyo aroma aún me sirve de compañía, mezclados con fragmentos de experiencias más recientes.

"¡Una imagen de casa!" En muchas ciudades y suburbios de nuestro tiempo, al lado o lejos de los monstruos creados impunemente por un ávido e implacable comercialismo, suelen hallarse hospitalarias mansiones que, de un modo u otro, cercana o lejanamente, quieren tener raíces porque hay familias ansiosas de hacer de ellas una expresión de sus vínculos reales o imaginarios con el pasado, en vez de encarar en el vacío las desarraigantes visiones del futuro…


 

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