LA CULTURA
Gran significación tiene, para la mayor movilidad social, la llegada al éxito de hombres y mujeres cuyas credenciales no estén asociadas al apellido o a la herencia o a la influencia, sino al talento y al trabajo. Ello debe coincidir con la diversificación y la especialización en campos económicos, administrativos, profesionales, empresariales o laborales que en el país no existieron antes o funcionan en forma mediocre, si bien dichas fallas pueden ser eliminadas con estudios y prácticas aquí, o lo que es todavía mejor, en el extranjero siempre y cuando no impliquen el desarraigamiento o la pérdida de contacto con el quehacer nacional.
Hay que devolver a la cultura, que constantemente tiende a degenerar en mercenario oficio, o en despreciado, humillado y mal pagado menester; o en trabajo de bárbaros especializados, su natural jerarquía y su misión de forjar la imagen del ser humano auténtico en función de nuestro tiempo. Ni al narcisismo orgulloso ni a la chata mediocridad de los comederos ni al anárquico frenesí deben ir el hombre o la mujer cultos de nuestro tiempo, sino al desarrollo cualitativo con integridad y a la vez flexibilidad mental; mentes libres y capaces de investigar sin perder el respeto a la realidad y que, dentro de su propio ámbito sean sensibles a las angustias colectivas cuyo clamor sería suicida desoír.
Jamás debe repetirse el caso de gentes aptas y de trabajo que tuvieron que emigrar a Venezuela o a otras partes porque aquí no hallaron cabida aunque hubiesen podido ser utilísimas. Del mismo modo, hay que tratar de evitar la proliferación de quienes, estando dotados de inteligencia, se perdieron en las grandes o pequeñas ferias de la ociosidad, del desencanto o del cinismo. Como una vacuna eficaz y como una norma para una tabla de valores que tanta falta hace, conviene recordar todos los días esta frase de Bolívar: "El talento sin probidad es el azote de América". Modernizar definitivamente el Estado y la colectividad implica en suma, una ruptura con las comodidades de un quietismo fácil, para crear la conciencia de ser y de ir lúcidamente a hacer las cosas con nuestras cabezas y nuestras manos dentro de la finalidad de llegar a un modelo de crecimiento racional y claramente orientado no hacia el beneficio de los menos sino hacia el beneficio de los más.